La historia del cine ha dejado muchas películas sobre el béisbol, sobre todo en Estados Unidos, en donde está considerado como el pasatiempo del país. En este blog quiero hablar de esas películas que he visto dando mi opinión sobre ellas y recalcando sobre todo los aspectos de las mismas relacionados con el béisbol más que una crítica más profunda y detallada.
Cuidado con los destripes (spoilers) para los que no la hayan visto!
Empezaremos con Field of Dreams (Campo de Sueños en España y El Campo de los Sueños en algunos países Latinoamericanos), una película protagonizada por Kevin Costner en 1989 y que quizás no es muy digerible para el público no beisbolero debido a su contenido fantástico y puede que hasta empalagoso en algunos momentos. Bueno, en realidad casi cualquier película sobre béisbol no es muy accesible para personas que no les gusta este deporte en cuestión. Pero precisamente ese contenido fantástico-beisbolero de Campo de Sueños es lo que otorga a la cinta esa magia que no todo el mundo le encuentra, aunque la película no tenga un género específico, ya que también hay un mezcla de drama y comedia familiar. He leído críticas sobre esta película bastante despiadadas: Que si puritanismo yankee (la esposa de Cotsner en la película es todo lo contrario), que si nos intentan meter el béisbol (como aquí el fútbol supongo)… en muchas de ellas se admitía que no les gustaba el béisbol, como no podía ser de otra manera. A veces pienso que opinaría la gente de una versión de Campo de Sueños con jugadores de fútbol. Ojo, a mi me encanta el fútbol y seguro que la disfrutaría.
Pero más allá del béisbol, que es una metáfora, la película contiene un mensaje muy optimista y esperanzador y en ocasiones sensiblero. Pero para mí es un gran homenaje al béisbol por encima de todo y por eso me encanta esta película. Ray Kinsella (Costner), un agricultor de Iowa que perdió a su beisbolero padre sin haber tenido una gran relación con él, escucha unas voces que dicen “Si lo construyes, él vendrá”. Dubitativo al principio sobre esas palabras, Ray construye un campo de béisbol en su campo de cultivo a pesar de que ello le acarree problemas económicos. Cuando lo construye y al caer la noche, aparece el fantasma de Joe “Shoeless” Jackson (Ray Liotta), ídolo de su padre y ex jugador de los Chicago White Sox protagonistas del escándalo por amaño de las Series Mundiales de 1920 ante los Cincinatti Reds. Jackson, del cual dicen que era inocente en base a sus números en aquel clásico de otoño, se muestra nostálgico con el deporte que amaba y del que le expulsaron de por vida.
“Era el juego… los sonidos, el olor” señala Joe como una de las cosas que echaba de menos. Asimismo, él se queja de que los propietarios hayan conseguido que los partidos se jueguen de noche porque de esta manera se generan mayores ingresos económicos, a pesar de que “la pelota se ve peor”, como dice el ex jugador de los Medias Blancas. Me encanta esta parte de la película porque es un homenaje a este jugador que probablemente fue inocente debido a sus estadisticas en aquellas World Series (.370 de bateo, con 1 home run y ningún error). Jackson muestra su amor y añoranza por el juego de una forma que quizás solo los que disfrutamos este deporte comprendamos.
Al irse le pregunta si puede volver con otros amigos, que no son otros sino sus compañeros de Chicago de aquellas series ante los Reds. Ray disfruta con su familia viéndoles jugar a estos fantasmas que solo ellos pueden ver mientras su cuñado incredulo aparece en el campo “interrumpiendo” el partido y preguntando a Ray porque estando en números rojos ha construido un campo de béisbol en medio de la nada. Otra de las cosas de este film que me encanta son esos detallados uniformes de la época que utilizan los actores en la película. Pantalones, gorras, bateadores sin guantes, bates de madera… Y no solo aparecen los protagonistas del Black Sox Scandal sino que más adelante se pueden ver a jugadores de los Athletics, Cardinals, Tigers, etc
Sin embargo y a pesar de la magia beisbolera que desprende la película, hay algunas incongruencias históricas y arreglos de guion, como por ejemplo que el verdadero Archie Graham jugó su único partido en 1905 y no en la época de los White Sox del escándalo. El joven Graham reconoce a jugadores como Mel Ott (Giants), Gil Hodges (Dodgers) o Smokey Joe Wood (Red Sox) en el campo, que tampoco son contemporáneos suyos, aunque bien es cierto que los podía haber reconocido como aficionado. También Joe Jackson nombra a la leyenda de los Tigers Ty Cobb diciendo que quiso ir al diamante de Ray Kinsella.
Otra de las frases que la misteriosa voz le dice Ray (Calma su dolor) le conduce hasta el escritor de los años 60 Terence Mann, interpretado por James Earl Jones, y del cual había deducido a través de una entrevista que era un fanático del béisbol y que supuestamente no haber jugado nunca a béisbol era su “dolor” y frustración. Para ello tiene que ir hasta Boston en furgoneta para encontrar a Mann, que al principio se muestra gruñón y receloso de los supuestos delirios del personaje interpretado por Cotsner, además de desmentir que le gusta el béisbol. Pero al final le convence para ir a Fenway Park a ver un partido entre Boston y Oakland, en donde nuevamente la voz se dirige a él (Go to the distance- Ve hasta el final) con las estadísticas de Archie Graham y su localidad natal en Minnesota de fondo. Ray le pregunta a Terence si lo ha visto también, cosa que niega. Acabado ya el partido, el granjero tira la toalla dejando a Terence en su casa pero al girar la camioneta aparece el escritor delante de ella iluminado por los focos en una escena que me encanta: “Ve hasta el final, eso es lo que oí”, ante la complicidad y alegría de Ray.
La película al transcurrir, además de involucrar en la historia al joven Graham también lo hace con su versión anciana y como médico en Minnesota interpretado por Burt Lancaster, encajando una nueva pieza más en el rompecabezas de Ray y de, ahora también, Terence. A la vuelta a la granja de Iowa es cuando recogen al joven Graham haciendo autostop que más tarde reconoce en el campo a todos esos jugadores que he señalado antes.
Es ahí cuando surgen los momentos más emotivos de la cinta, entre otros cuando Terence confiesa que realmente hizo esa entrevista en la que afirmaba su amor por el béisbol y decide quedarse en “el otro mundo” con discurso memorable incluido (La gente vendrá), el mundo de los jugadores-fantasmas, en donde podrán jugar para siempre en el campo de Iowa. En la escena final, en otro gran momento, Ray descubre que el catcher es en realidad su padre, con el que no tuvo una buena relación pero que ahora tienen una segunda oportunidad y pueden pelotear juntos como tantos padres e hijos. Esta escena les resulta emotiva a los protagonistas de la comedia How I Met Your Mother (Como Conocí a Vuestra Madre en España) en un capítulo de la segunda temporada creo, en donde Barney y Ted en donde se emocionan recordando el final de la película ante las burlas de Robin Schetsbarski, que piensa que la película es una tontería totalmente irreal. Robin, por supuesto, no es estadounidense, sino de Canadá, un país en donde el béisbol no es tan popular como el hockey sobre hielo.
Aunque el guion es mejorable y alguna cosa resulta ilógica y fantasiosa, el mensaje optimista de la película (No rendirse, perseguir lo que uno cree) así como el contenido beisbolístico hace que sea, desde luego, uno de mis film favoritos sobre este deporte. Entiendo que al espectador medio no le guste pero también es lógico que esta cinta haya calado hondo en Estados Unidos y otros países beisboleros en donde la gente se puede identificar con el personaje y su historia con el padre. Por otro lado, la música además es sensacional y ahí creo que todos estaremos de acuerdo.
Mejores frases (disculpad si no son totalmente exactas):
-John (padre de Ray): Es esto el cielo?
-Ray: Es Iowa
-John: ¿Iowa? Hubiese jurado que esto es el cielo
-Ray ¿Existe un cielo?
-John: Oh sí. Es el lugar donde los sueños se hacen realidad
-Ray: Quizás esto es el cielo
-Hija de Ray a Joe: ¿Es usted un fantasma?
-Joe: ¿Tú que crees?
-Mark (cuñado): Has construido un campo de béisbol y estás aquí sentado mirando nada!
-Discurso de Terence Mann (en inglés, para no dejarme nada)
Ray, people will come Ray. They'll come to Iowa for reasons they can't even fathom. They'll turn up your driveway not knowing for sure why they're doing it. They'll arrive at your door as innocent as children, longing for the past. Of course, we won't mind if you look around, you'll say. It's only $20 per person. They'll pass over the money without even thinking about it: for it is money they have and peace they lack. And they'll walk out to the bleachers; sit in shirtsleeves on a perfect afternoon. They'll find they have reserved seats somewhere along one of the baselines, where they sat when they were children and cheered their heroes. And they'll watch the game and it'll be as if they dipped themselves in magic waters. The memories will be so thick they'll have to brush them away from their faces. People will come Ray. The one constant through all the years, Ray, has been baseball. America has rolled by like an army of steamrollers. It has been erased like a blackboard, rebuilt and erased again. But baseball has marked the time. This field, this game: it's a part of our past, Ray. It reminds of us of all that once was good and it could be again. Oh... people will come Ray. People will most definitely come.
-Joe a Archie: Hey novato, estuviste bien
-Ray a Joe: Veamos si puedes batear mi curva!
(Tras conectar Jackson un hit)
-Ray: Vale, veo que puedes batearla
Imágenes cortesía de Rifftrax.com y Themichaelschneider.com